Hoy os voy a hablar sobre una ciudad de Andalucía, una de las importantes, tierra bañada por el Río Grande, el Guadalquivir, en la que nos podemos deleitar de Bécquer y sus poesías, de Murillo o Villegas y sus cuadros, entre otros insignes personajes; y, la Cartuja, la Giralda o la Torre del Oro adornan sus calles, como ejemplos representativos de los monumentos y ubicaciones que nos encontramos a lo largo y ancho de esta ciudad, sí os voy a hablar de la ciudad de Sevilla. Tierra de grandes cantautores, cantantes y grupos de diferentes estilos musicales.

Sevilla: Capital de Andalucía y de su provincia. Ciudad con un calor y un color especial, actualmente una mezcla entre lo moderno y lo tradicional. Ciudad cristiana, judía y árabe – musulmana. Ciudad con muchos años y siglos de historia. Territorio de señores y señoras, que se ha tornado ciudad de señoritos y señoritas, de personas trajeteadas en Semana Santa. Tiene un encanto único esta ciudad, respecto al resto de Andalucía, amada y odiada a partes iguales, ciudad romántica y exótica. Como toda ciudad grande que se precie, tiene otras “ciudades” dentro de Sevilla como Ciudad en sí, con el Guadalquivir atravesando y dividiendo la ciudad.

A un lado del río, está el barrio de Triana, con sus peculiaridades, el parque de la Vega de Triana al fondo pegando al río, barrio con las parroquias donde más se siente la pasión y la devoción sevillana por la Semana Santa, al menos ese fue mi parecer. Junto a Triana se encuentran los barrios de Los Remedios y Tablada por un lado, y por el otro lado, la Cartuja. En este lado del río se encuentran mezclado la pasión y devoción tradicional Sevillana por sus Santos y la Feria de Abril, con la parte más moderna, ya en la Cartuja o en Tablada, resultado de la Exposición Universal de 1992 y de otros eventos organizados desde entonces en la capital andaluza, destacando el Puente del Centenario, Parque del Alamillo, el Estadio Olímpico de la Cartuja y los Jardines del Guadalquivir entre otros.

Al otro lado del río, se encuentra el resto del corazón de la ciudad, desde la Macarena hasta los barrios de San Bernardo o El Porvenir, pasando por Centro, La Buhaira, Nervión o Santa Justa. Sin olvidar las peculiaridades de barrios más a la afueras como Pino Montano, Bami, Bermejales, Las Almenas, Las 3000 Viviendas, Parque Alcosa o Palmete, entre otros. Todos ellos, hacen de Sevilla una ciudad con un carácter y singularidad únicas.

Desde el Benito Villamarín hasta el Ramón Sánchez-Pizjuán, o desde la Plaza de España y el Parque de María Luisa hasta la Catedral y la Giralda o el Salvador, pasando por los tesoros como son la Casa de Pilatos, el Palacio de Dueñas u otras casas nobiliarias o palaciegas, los Jardines de Murillo, la judería, y, los Jardines de la Buhaira, la estación de tren de Santa Justa o la antigua fábrica de Cruzcampo, te hacen percibir Sevilla como una ciudad rica de contrastes entre lo moderno y la tradición.

He estado en los últimos años tres veces, antes había estado en el año 92 de pequeño con mis padres para visitar la Expo 92. Me centraré en mis dos últimas veces, la primera en 2016, en Semana Santa, estuve con mis dos mejores amigos de la facultad, mucha pasión, mucha gente y buen tiempo; descubrimos “las Setas” de Sevilla, elemento arquitectónico encima del Mercado de la Encarnación, que no deja indiferente, a mi personalmente no me gusta, me parece fuera de lugar por la zona en la que se encuentra de la ciudad. También descubrimos el buen ambiente y la animación de la plaza de la Alameda de Hércules, con sus numerosas terrazas y bares, que había a partir de la tarde. Observamos también la aparente dejadez que algunos edificios de la Cartuja tenían, en cuanto a su uso. Admirando la Plaza de España, nos encantó su diseño y belleza, para no enamorarse, jajajaja… Todo el centro de Sevilla tiene su encanto, a pesar de la multitud que hubo por las fechas en las que fuimos.

La otra vez que he estado, ha sido ahora en 2021, hace poquito, ya con el calor de junio; en esta ocasión, he viajado sólo a Sevilla. Me he alojado cerca de la Estación de Santa Justa, gracias a la recomendación que me hicieron del Hotel AACR Monteolivos, hotel que está muy bien para pasar unos días en Sevilla. En esta ocasión me ha servido la visita a Sevilla para desconectar y para recordar los sitios conocidos de veces anteriores, y para conocer los Jardines de Murillo y disfrutar de su belleza, delimitar dónde está la Judería de Sevilla, disfrutar de la sombra y la tranquilidad del Parque de María Luisa y volverme a maravillar de la Plaza de España; subir a la Giralda, disfrutar de sus vistas de la ciudad, y visitar la Catedral asombrándote con algunos lugares que se encuentran dentro de la misma. Conocer el Parque del Alamillo en la Cartuja, descubrir la Casa de Pilatos y sus maravillosos jardines y estancias. Pasar contemplando arte durante un buen rato en el Museo de Bellas Artes de la ciudad, conocer por dentro el Archivo General de Indias, pasear un poquito por Triana y esa parte de la ciudad, probar alguna delicia dulce en el emblemático “La Campana” y tomar un helado en la Heladería “la Abuela”, comer por la Alameda de Hércules o por alguna de las calles cercanas a Las Setas de Sevilla y al Mercado de la Encarnación, disfrutar del ambiente de los bares y cafeterías de otras zonas de la ciudad como aquellas y aquellos de Nervión y alrededores, y descubrir y quedarme maravillado de los Jardines de la Buhaira. Observar la grandeza de la antigua fábrica de Cruzcampo, ahora sede de la Fundación Cruzcampo, asombrarme el cruceiro dedicado a la Cruz del Campo o ver la casa palaciega que tiene el Asador de Aranda en Sevilla, todo ésto en la calle Luis Montoto. No hace más que reafirmar mi idea de que Sevilla tiene mucho encanto, justo en la mezcla entre lo tradicional y lo moderno.

Sevilla no deja indiferente a nadie y si deseas visitar la ciudad, seguro que esta publicación te ayuda a una primera toma de contacto.

Te animo a dejar tu comentario en este post. Gracias

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