Hoy se va a hablar de una ciudad que lleva siglos en boca de todos, desde su fundación hasta la actualidad ha cambiado mucho, en época del Imperio Romano, allende los tiempos, dentro de la ciudad se libraban luchas de poder entre familias acaudaladas, entre senadores, todo por hacerse un hueco y un nombre en ésta ciudad; en la edad media, los niños que no nacían normales, las familias optaban por tirarlas a su río para deshacerse de ellos; y en la actualidad, a veces saca su carácter otras no y no sabemos el futuro que le deparará el destino.

Su nombre coloquial le delata, la città eterna en italiano, la ciudad eterna en castellano, la ciudad que su nombre al revés escribe, un bonito sentimiento y emoción universal, amor; sí pongamos que hablamos de Roma, antigua capital de un gran Imperio y actual capital de Italia.

Roma: Es una ciudad que puede enamorar, fascinar, motivar, dejar perplejo al más pintado. Lo que sí es seguro es que no deja indiferente a la mayoría de las personas.

En mi caso, estuve cuatro días sólo y yendo sólo aunque allí tenía algún conocido, y me dejó fascinado, dentro de mí me dejó huella, todas esas calles, plazas, parques, monumentos, edificios, fuentes, estatuas de personajes históricos y legendarios; es una ciudad que te puede impregnar por todos nuestros sentidos y dejar en la retina y en nuestra memoria una experiencia difícil de olvidar e incluso que a algunos con ganas de volver a repetir esta experiencia aunque se vuelva en compañía.

Desde piazza San Pietro hasta Piazza Spagna o Piazza del Popolo, plaza del pueblo, o desde la Estación de Termini al lado de Piazza della Repubblica, plaza de la República, o dando un paseo por Plaza Navona, por las inmediaciones de la Fontana de Trevi, o Campo de las flores, todo tiene su encanto… Como desde lo alto de la via Garibaldi, desde donde uno puede contemplar unas maravillosas vistas de Roma, o dando un paseo por el parque dónde se encuentran el Museo Etrusco, la Galería Nacional de Arte Moderno o la Galería Borghese; ó por el barrio del Trastevere nos dejaremos embaucar por el ambiente de estos lugares ubicados en zonas opuestas en la ciudad.

Yendo a la Catedral, o al Foro Romano y al Coliseo o a cualquiera de las otras iglesias de Roma, nos dejaremos llevar por el bullicio de los turistas o simplemente disfrutaremos del silencio de alguno de estos lugares. Esto ya depende de cada persona, de lo que busque en ese momento, como por ejemplo si se encontrara en la plaza de Campo de Fiori, con la estatua de Giordano Bruno en medio, intentando fascinarse con el bullicio de los puestos o sumergiéndose en pensamientos de cómo terminó G. Bruno, un personaje que fue en contra de lo establecido en la Roma de su tiempo, y quizá necesite un sitio de relax dónde dejarse llevar por su imaginación.

He tenido la suerte de volver a Roma en dos ocasiones más, recorriendo lugares que no suelen ser tan conocidos ni turísticos, como en la última vez, o, en pleno agosto con unos amigos, recorriendo el centro de esta ciudad en 2015. En ambas ocasiones, no pude acercarme a Ostia Lido o a Fiumicino a disfrutar del mar como hacen los romanos, ni tampoco visitar Ostia antica.

Todo esto y más se puede hacer en una visita a Roma, ya cada un@ elige el tipo de visita qué quiere hacer y las experiencias que quiere vivir. Roma es una ciudad abierta a todo tipo de personas…

Categories:

Tags:

No responses yet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *